Poco a poco se termina el verano y llega una época más templada en nuestro país, y con ella llegan las primeras lluvias. Dependiendo de la región en que vivamos, estas serán más o menos importantes y frecuentes, pero la realidad es que prácticamente todos los conductores nos encontraremos con un día lluvioso al volante.
¿Conduces igual con lluvia? En general no deberíamos hacerlo exactamente igual porque las condiciones no son las mismas… igual que les sucede a los pilotos de F1. ¿Sabes cómo adaptan su conducción a la lluvia?
Más lluvia, menos adherencia
Cuanta más agua haya sobre el asfalto, menos adherencia tenemos en general. Eso es así porque los neumáticos deben evacuar al agua, quitarla del asfalto, para que la banda de rodadura de los neumáticos toque con el firme. Si los neumáticos no evacuan la cantidad suficiente de agua se producirá aquaplaning, es decir: el coche flotará sobre una capa de agua que no es capaz de vencer.
Eso significa perder el control total del vehículo, por tanto lo principal es adaptar la velocidad a la cantidad de agua que nos encontremos, y al neumático que llevamos montado. En F1 es igual, existen dos compuestos de lluvia, uno intermedio para cantidades moderadas de agua en pista, y otro «de lluvia extrema» que es capaz de evacuar más agua… hasta cierto punto.
En un F1, la evacuación es enorme (de ahí el spray que lanzan al aire los monoplazas), pero tiene un límite: los coches no corren tan deprisa, y por supuesto no pueden acelerar tan a fondo, ni frenar en tan poco espacio. Los pilotos se adaptan para pisar más progresivamente los pedales de acelerador y freno, de forma muy dulce y tardando más en llegar a pisarlos a fondo, si es que llegan a hacerlo. En este vídeo se puede apreciar con el indicador verde a la izquierda de la pantalla:
Además, en el caso de la frenada, saben que la distancia de frenado aumenta y por eso empiezan antes a decelerar. La fuerza de frenado debe ser menor para evitar el bloqueo de las ruedas (no disponen de ABS, nosotros sí), y se alarga la distancia pro este motivo, y también por la adherencia (menor) de los neumáticos. Ellos tienen neumáticos específicos para lluvia; nosotros en principio no, aunque podemos optar por neumáticos de invierno y de verano.
No debería pasar desapercibida la dulzura en el manejo de la dirección, que también se ve en el vídeo anterior, pues los movimientos demasiado rápidos en la lluvia no nos benefician. Se puede apreciar en el vídeo salvo cuando el piloto ha de corregir un sobreviraje (derrape), pero la norma es mover el volante lo más suave y preciso posible. Lógicamente en las calles no estamos compitiendo, pero la norma o consejo nos sirve igual.
Por tanto lo que nos enseña la F1 es que, bajo condiciones de lluvia en la pista, baja el ritmo de la competición y los mandos del coche se han de manejar con mayor suavidad, anticipando las frenadas y dosificando la potencia. Ellos no tienen controles electrónicos como nosotros en nuestros coches, claro, pero nosotros tenemos más motivos aun para multiplicar la prudencia en suelo mojado, y limitar un poco más la velocidad, aumentar la distancia de seguridad y anticipar cualquier maniobra con tiempo suficiente.