La climatización del coche es un elemento que nos permite regular la temperatura interior en el vehículo, de forma que consigamos el máximo confort en el coche y minimicemos el riesgo de fatiga cuando hacemos largos recorridos. A la climatización se le puede llamar de muchas formas, desde «ventilador», pasando por calefacción o aire acondicionado. Realmente, cada acepción define un sistema diferente, así que los vamos a repasar todos.
La necesidad de climatizar el habitáculo surge por la propia naturaleza del habitáculo: si no conseguimos equilibrar la temperatura dentro, ésta subirá cada vez más, hasta hacerse insoportable. En invierno, esto nos puede valer, pero como haga algo de calor exterior es mortal (y en el extremo, realmente, lo es).
Calefacción y ventilación
Inyectar aire caliente en el habitáculo del coche es tan fácil como aprovechar parte del calor que se genera por la combustión de carburante, guiándolo hacia el interior del coche y regulando tan solo la cantidad que aprovechamos. Cuanto menos entre, menos «grados» inyectamos, y viceversa. Es la forma más simple de hacerlo, y también es la menos refinada.
Para inyectar aire «frío» se puede pensar en dejar pasar el aire exterior a través de un circuito que incluya algún filtro, pero cuando estamos en verano no es del todo indicado: es necesario enfriar el aire de algún modo. Esto se consigue instalando aparatos de aire acondicionado en los coches, algo que se introdujo por primera vez con éxito en los años 50 del siglo pasado.
Ha llovido mucho desde entonces y el sistema se ha refinado, pero el principio es el mismo: se hace pasar el aire por un circuito refrigerador, y se envía al habitáculo para conseguir reducir la temperatura interior. Esto se hace, de nuevo, regulando la cantidad de aire que introducimos en el habitáculo, y por lo tanto no regulamos ningún otro parámetro.
Introduciendo en el sistema un termostato y un selector de temperatura podemos conseguir climatizar realmente el interior del coche, pues el propio sistema regulará la temperatura según lo seleccionado. Esto lo hará calentando o enfriando el aire con pequeñas variaciones, de modo que el resultado sea una temperatura constante, siendo la ideal entre 18 ºC y 22 ºC.
Un paso más allá son los climatizadores según la zona, llamados multizona o bizona, dependiendo del número de posibilidades, que cuentan con sensores y reguladores propios, de manera que cualquier pasajero pueda poner la temperatura a su antojo.