Las escobillas limpiaparabrisas del coche son elementos imprescindibles para garantizar una visibilidad perfecta en cualquier condición. Gracias a ellas, en combinación con un buen líquido lavaparabrisas, podemos mantener el parabrisas en perfectas condiciones para tener una visión perfecta.
Con un parabrisas sucio tenemos la sensación de estar conduciendo con un velo sobre los ojos. La suciedad, el polvo, los insectos o los desperdicios de otros vehículos se acumulan sobre el parabrisas. Esta suciedad puede contener sal, alquitrán, savia, aceites… y cuando llueve, se puede convertir en lodo. Por ello, mantener las escobillas del limpiaparabrisas en perfectas condiciones es fundamental.
La visibilidad como sistema de seguridad
Tener una perfecta visibilidad es un gran sistema de seguridad al volante. Durante la conducción nocturna, ver y ser vistos es fundamental para nuestra seguridad, de ahí que sea importante tener un sistema de alumbrado en perfecto funcionamiento y todos los cristales del coche libres de suciedad.
Para garantizar esa limpieza, las escobillas del limpiaparabrisas son clave. No solo deben estar limpias, sino que deben estar en buen estado de conservación. Para ello, es aconsejable cambiarlas aproximadamente cada año. Esto dependerá del uso, las condiciones climáticas y otros factores.
Cómo cambiar el limpiaparabrisas del coche
El cambio de limpiaparabrisas es algo que podemos hacer nosotros mismos en nuestro garaje. No obstante, conviene saber alguna cosa previa al cambio para garantizar que dicho repuesto se instale correctamente, y que además cumpla con su función con eficacia.
- Escoge un repuesto de calidad. No todas las escobillas para el limpiaparabrisas sirven para tu coche. Lo primero que debemos hacer es saber si el modelo que elegimos es compatible con nuestro vehículo (podemos pedir asesoramiento en la tienda de repuestos a la que acudamos). Optar por el recambio original para nuestro modelo del coche es aconsejable si no queremos complicarnos.
- Una vez tenemos el recambio idóneo, procedemos a levantar los brazos de los limpiaparabrisas para facilitar la tarea.
- El siguiente paso consiste en extraer la escobilla deteriorada. Normalmente es un proceso muy sencillo, ya que basta con apretar un botón o retirar un embellecedor para conseguir la extracción.
- Una vez hecho esto, instalamos la nueva escobilla siguiendo los pasos inversos de la extracción. Hay que asegurarse de que la escobilla queda bien encajada y que no se sale al tirar de ella.
- Terminado el proceso con las dos escobillas (se cambian ambas, siempre por parejas), comprobamos que han quedado bien instaladas y que limpian correctamente y, si es así, habremos terminado la instalación.
Como vemos, es un proceso muy sencillo que no debería suponer ninguna dificultad. Con esto, por el poco dinero que cuestan las escobillas nuevas, estaremos garantizando una buena visibilidad cuando el tiempo empeore.
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