El hielo está presente en casi todas las ciudades y pueblos de España en estas fechas invernales. Si no es de forma masiva, sí que podemos ver cada mañana cómo nuestro coche aparece cubierto por una capa más o menos gruesa de agua helada, si es que el coche duerme a la intemperie. Es el caso de muchas personas que, por no disponer de una plaza de garaje, o bien de forma más puntual, deben dejar el coche al raso con temperaturas realmente bajas en gran parte de la Península.
Esa capa superficial de hielo no es buena para el coche. Tampoco es que sea un elemento muy agresivo a corto plazo para la pintura o la chapa, ni para los diferentes componentes del coche, pero en determinadas circunstancias debemos tener precaución, sobre todo si hablamos de bastante temperatura bajo cero, durante muchas semanas al año. Lo mejor para un coche es «dormir» a cubierto, en una plaza de garaje adecuada, pero si no se puede, esto es lo que has de tener en cuenta.
Anticongelante, un aliado para evitar pequeñas averías
En primer lugar, si vamos a tener el coche «sufriendo» bajas o muy bajas temperaturas durante muchas noches de invierno al año, debemos tener controlado que el nivel de anticongelante sea el adecuado, y sobre todo deberíamos contemplar la opción de mezclar este líquido con el del lavaparabrisas. Lo más habitual es que ese circuito esté congelado tras una noche a la intemperie, y por tanto que no funcione cuando lo requiramos.
Basta con mezclar un poco de anticongelante al rellenar el depósito del lavaparabrisas, y al menos mitigaremos los efectos de unos pocos grados bajo cero, algo de agradecer cuando necesitemos dar un par de toques al mando y limpiar el parabrisas. En cuanto al depósito general de anticongelante/refrigerante, conviene echar un vistazo regularmente para asegurarnos de que no existen fugas, por pequeñas que sean.
Eliminar el hielo del parabrisas y ventanillas
Sin duda lo más incómodo al entrar en el coche cada mañana, cuando el hielo lo cubre, es liberar el parabrisas de tan molesto elemento. Es el precio a pagar por esa intemperie, algo que se puede evitar si cubriésemos el coche con una funda cada noche, pero que por regla general no hacemos (por el motivo que sea). El hielo en el parabrisas está ahí, y hay que eliminarlo bien antes de salir.
Podemos atacarlo de dos maneras simultáneas: una es encendiendo el motor y conectando la calefacción de manera que los chorros de aire incidan en los cristales (de igual que al principio el aire no sea caliente, porque estará algo más caliente que el parabrisas, y de forma gradual empezará a calentarse). La otra manera es utilizar una rasqueta de plástico para ir eliminando poco a poco el hielo.
Cuando la calefacción empiece a hacer efecto, licuará la parte del hielo en contacto con el parabrisas, y podremos sacar mucho mejor grandes placas heladas. Lo que nunca podemos hacer es rociar de agua caliente (ni caliente, ni tibia) el hielo, pues corremos el riesgo de que el parabrisas se astille por el cambio brusco de temperatura. Bastará un poco de agua a temperatura ambiente (aunque nos parezca que está muy fría, todavía no es hielo). El alcohol también ayuda, aunque con el agua, la calefacción, la rasqueta y algo de paciencia es más que suficiente.
Una vez limpiado el hielo, podemos arrancar sin problema, eso sí, teniendo en cuenta que podemos encontrarnos más hielo… sobre la calzada.
Foto | Chris Connelly
2 respuestas a Cómo afecta el hielo a tu coche y cómo deshacerte de él rápido