Las altas temperaturas del verano pueden impactar negativamente en los motores y todos los sistemas mecánicos que componen un vehículo. Un motor de combustión opera a una temperatura óptima en torno a los 90º C, por eso podríamos pensar que con 40º a la sombra no hay peligro. Pero la realidad es que el motor sí lo nota y podemos sufrir algunas de las averías de coche más frecuentes durante el verano.
En verano se incrementa en un 5% el número de averías de coche
En la época estival se suele dar un cóctel de situaciones que aumentan el riesgo de averías: se relaja en cierta medida el mantenimiento del coche, se hacen largos viajes durante las vacaciones y las temperaturas medias suben considerablemente con respecto al invierno.
Si sumamos los pequeños riesgos de cada elemento, veremos cómo nos interesa prevenir al máximo alguna de las averías frecuentes, aparte de mantener nuestro vehículo a punto y en perfecto estado de revista.
Las averías más frecuentes, y los elementos del coche que más sufren en verano
Estas son las averías son más frecuentes en verano según los datos de asistencia recabados durante años, indicando que, efectivamente, hay cierta relación entre la avería y la época del año:
- Batería: la batería pierde energía con mayor frecuencia en verano, por diferentes causas como un problema con el alternador (ahora vamos con él) o por abusar del uso de los sistemas eléctricos. La vida útil media de una batería es de unos 4 años, 5 a lo sumo. Es importante tenerlo en cuenta para sustituirla cuando toque (y más si hacemos viajes largos).
- Alternador: este elemento del coche transforma la energía mecánica en eléctrica para su almacenamiento. Si utilizamos más de lo normal el sistema eléctrico, podemos terminar teniendo problemas con esta pieza.
- Problemas en el sistema de aire acondicionado: su uso constante y exigente durante los meses de más calor, incluyendo el mes de septiembre en muchas regiones, acelera su desgaste en cuanto a los conductos, el compresor o el propio gas.
- Desgaste acelerado de neumáticos: estos elementos del coche se desgastan con más rapidez cuando las temperaturas suben, dado que la temperatura del asfalto puede ser de unos 20 o 30 grados superior a la temperatura ambiente. Esto acelera el desgaste considerablemente, por lo que debemos estar atentos a cualquier señal de que es necesario sustituir los neumáticos por unos nuevos.
- Motor: el motor sufre, de nuevo, con el incremento de las temperaturas. Necesitará más garantías de refrigeración y lubricación, por lo que es fundamental prevenir cualquier problema revisando los niveles de líquidos.
Además de las averías mencionadas, existen elementos del coche que sufren especialmente. Suelen ser elementos débiles que forman parte de sistemas relacionados con los de los puntos anteriores:
- Averías en el termostato, que se dan por el mayor uso del sistema de aire acondicionado o de climatización.
- Rotura de los manguitos del aceite, a lo que influye tanto una revisión inadecuada (o la falta de revisión) y los trayectos largos con altas temperaturas.
- Los electroventiladores tienen trabajo extra en verano, por lo que aumentan las proabilidades de sufrir una incidencia.
- La correa del alternador tiene mayor desgaste con el calor, por lo que puede darnos problemas.
Para prevenir estos problemas es necesario mantener el coche a punto y con las revisiones en regla, y no seguir los consejos básicos sobre qué revisar antes de salir de viaje.