El catalizador, o conversor catalítico, es una parte del coche imprescindible para controlar las emisiones de gases contaminantes y, en esencia, reducir a la mínima expresión dichas emisiones. El catalizador, ya que lo que favorece es una reacción química con los gases de escape está situado, como es obvio, en el tubo de escape. Sin embargo, contrariamente a lo que podamos pensar a priori, el catalizador está pegado al motor, justo en el punto en que los gases de escape están más calientes.
Ya que los gases están tan calientes, parte de la energía se transfiere al propio catalizador hasta alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento, entre los 400º y 700º C. En esas condiciones, los gases de escape reaccionan con los metales que forman el catalizador y dan como producto resultante otros compuestos mucho menos peligrosos para la salud.
El catalizador, que deberíamos llamar conversor catalítico porque ese es su nombre real (pero todo el mundo lo conoce como catalizador y por eso utilizamos ese nombre) es un dispositivo que tiene tres fases diferenciadas: un catalizador de reducción, un catalizador de oxidación, y un sistema de control.
Estas tres fases se encargan de «procesar» los gases de escape reaccionando en cada caso con diferentes gases, y produciendo los desechos no contaminantes. Los metales con los que se construye un catalizador son metales caros, por eso no te extrañe recibir una factura abultada si tienes un problema con esa pieza. Normalmente hablamos de platino, rodio o paladio, y son esos metales y no otros por, precisamente, sus propiedades químicas al entrar en contacto con los humos.
Para no complicar mucho la explicación detallada de las reacciones que tienen lugar en cada fase del conversor, diremos que en la fase de reducción se disgregan las moléculas de los gases como el NO y el NO2 (tóxicos) en nitrógeno y oxígeno, inocuos para nosotros; en la fase de oxidación, se añade oxígeno a los gases y, dadas las altas temperaturas, se produce una combustión de los restos de combustible que estuviesen sin quemar. Además el CO se convierte en CO2.
La solución no es la panacea: sí que convertimos gases venenosos para la mayor parte de los seres vivos en gases inocuos, pero esos gases contribuyen al efecto invernadero. Cada nueva versión de la norma Euro intenta rebajar la cantidad de gases de este tipo que se lanzan a la atmósfera, y por tanto endurecen las medidas para conseguir la neutralización de los gases de escape.
No nos olvidamos de la última fase, que es el sistema de control. Se encarga de controlar la proporción de oxígeno presente en el proceso, de manera que sea siempre el justo y necesario, ni más (porque el catalizador podría quemarse), ni menos (porque entonces los restos de combustible sin quemar no se consumirán del todo).
Como vemos, el catalizador es un aparato complejo que desempeña una labor fundamental en el camino hacia un medio ambiente más limpio, y con un mayor control de humos de escape.
Fotos | frankieleon , Frank Derks
3 respuestas a Así funciona el catalizador del coche, para que contamine menos