Acrónimo de Sociedades de Inversión de Capital Variable, como su nombre indica, las SICAV son sociedades colectivas de inversión. A través de ellas se gestiona el dinero y se invierte en activos como acciones, bonos u otros instrumentos financieros (o no financieros) o bienes tangibles.
Todo lo que se haga en ellas se transforma en acciones, por este motivo están supervisadas por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). Entre los requisitos para formar una SICAV se encuentran que haya cien o más socios (accionistas) y un capital mínimo inicial de 2,4 millones de euros.
Una de sus ventajas fiscales es que tributan solo al 1% en el Impuesto de Sociedades. Además, permiten diferir el pago de impuestos, ya que no deben declarar los beneficios, si los hubiera, hasta que no se efectúe la venta de las acciones.
Como ocurre con un fondo de inversión, una SICAV es una Institución de Inversión Colectiva (IIC). Pero, en su caso, tiene la misma personalidad jurídica que una Sociedad Anónima. Esta es la principal diferencia con el fondo de inversión, el cual carece de personalidad jurídica propia. Otra diferencia es que una sicav tiene un límite máximo de capital, el que se haya fijado en los estatutos. Este nunca debe superar hasta un máximo de 10 veces el capital inicial.
La gestión en una sicav corresponde al Consejo de Administración, lo que supone tener el control político y estratégico y una mayor agilidad. De la gestión de un fondo de inversión se encarga una entidad externa, todo depende de la administración de los gestores, lo que aporta objetividadEn España, actualmente hay 2.734 sicav, según los últimos datos de la CNMV.
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