Seguro que te suenan mucho los conceptos de TIN y TAE, pero es probable que no sepas exactamente a qué se refiere cada uno, y en qué se diferencian. Para empezar, diremos que ambas siglas se refieren a tipos de interés y veremos cómo los puedes usar para controlar mejor tus finanzas.
El tipo de interés es el precio del dinero. Esto quiere decir que si pedimos un préstamo, nos va a costar dinero. A la inversa, si realizamos un depósito en un banco, la entidad nos pagará a nosotros cierta cantidad.
El tipo de interés se expresa en un porcentaje que indica la cantidad que pagará sobre la cantidad prestada la persona que pidió el préstamo (prestatario) y que recibirá el que prestó el dinero (prestamista).
TIN y TAE, tipos de interés
Veremos ahora qué significan, qué miden y cómo van a afectar a nuestro dinero tanto el TIN como el TAE. Veamos, primero, las definiciones:
- Tipo de Interés Nominal (TIN): es el tipo que nos comunica el banco cuando contratamos depósitos, imposiciones, préstamos, etcétera. Representa el pago o cobro de intereses. En el caso de los depósitos es un porcentaje fijo que se pacta por el dinero depositado, es decir, es el tanto por ciento que cobra el cliente en los plazos acordados.
- Tasa Anual Equivalente (TAE): incluye el tipo de interés nominal, el plazo de la operación y las posibles comisiones que cobran los bancos. Es un indicador más fiable para los clientes cuando se pretenden comparar las rentabilidades de los depósitos. En pocas palabras, nos dice cuánto dinero ganaríamos con un depósito determinado tras un año.
La clave para entender las diferencias entre ambos indicadores está en que uno es perfecto como elemento informativo, mientras que el otro es ideal para comparar ofertas.
Así, el TIN nos sirve para saber qué vamos a pagar mes a mes de intereses, en el caso de un préstamo. Es un porcentaje fijo que se pacta como concepto de pago por el dinero prestado, indicando el coste efectivo de un producto financiero. Además, el TIN no tiene en cuenta ningún tipo de gasto asociado a la operación.
Por otro lado, el TAE se calcula a partir de una fórmula normalizada que tiene en cuenta varias cosas: el TIN de la operación, la frecuencia de los pagos, las comisiones bancarias por cancelación o amortización, y los gastos de la operación. En algunos casos hay que añadir y tener en cuenta otros gastos como, por ejemplo, la comisión de apertura. El TAE nos aporta una información más exacta de cuánto nos va a costar un préstamo.