En enero de 2013 entraron en vigor las nuevas condiciones para jubilarse: con más edad, 37 años de cotización para recibir el 100 % de la prestación y teniendo en cuenta para el cálculo los últimos 25 años trabajados y no los 15 como antes. Y este año se estrena con una nueva fórmula para actualizar las pensiones, que sustituye al IPC (Índice de Precios al Consumo). Con el nuevo Índice de Revalorización de las Pensiones subirán en función de los ingresos y gastos de la Seguridad Social por operaciones corrientes, entre otros parámetros. Pero con un techo máximo y mínimo, del 0,5 % más el IPC y el 0,25 %, respectivamente. En 2014, se revalorizarán lo mínimo (0,25 %).
De esta manera, la cuantía siempre va a subir pero el pensionista puede perder poder adquisitivo si el incremento es menor que el IPC. Si, por ejemplo, un año el IPC es del 1 % y se actualizan un 0,25 % pues disminuye un 0,75 % el poder adquisitivo. Y al revés, en años de bonanza, cuando aumente el IPC más un 0,5 %, crecerá el poder adquisitivo.
Para determinar la subida, también se tendrá en cuenta la tasa de variación anual del número de pensiones contributivas, es decir, la proporción entre el número de cotizantes y el de pensionistas. También se tomarán como referencia la variación interanual de la pensión media del sistema cada año y otra variable en función de si hay déficit o superávit, es decir, del esfuerzo presupuestario que puede hacer el Gobierno (se denomina velocidad de ajuste) para destinar fondos al sistema.
Esta nueva forma de actualizar las prestaciones afecta a todos los pensionistas.
El otro gran cambio introducido con la última reforma, el factor de sostenibilidad, solo afectará a los nuevos jubilados y entrará en vigor dentro de 5 años, en enero de 2019. Este mecanismo vincula la esperanza de vida en el momento de jubilarse con la cuantía inicial de la pensión.
Todas son medidas que merman la pensión de jubilación y aumentan la necesidad de complementarla.
Respondiendo al título, la reforma nos afecta y afectará a todos. Debemos ser conscientes de esta nueva realidad para poder actuar consecuentemente y asegurarnos nuestro futuro de jubilados.