Desde hace siglos, la humanidad intenta modificar la naturaleza para que sirva a sus propósitos. En el caso de los transportes, ya sea de personas o de mercancías, acortar las distancias entre dos puntos está entre las máximas prioridades de los ingenieros y de los gobiernos, y prueba de ello son los canales artificiales para transporte por mar, y los gigantescos túneles para el transporte rodado, o ferroviario. Y justamente en el terreno ferroviario se inauguró hace poco tiempo el pasaje más largo del mundo: el túnel de base de San Gotardo.
Este paso subterráneo acorta el viaje entre Zurich y Milán en aproximadamente una hora y media en tren de alta velocidad, un logro muy importante por sus repercusiones económicas. De las aproximadamente cuatro horas de trayecto, pasar a dos horas y media supone bajar los costes de transporte en general, y en el caso de las personas, reducir el tiempo de viaje en un 40%, lo cual repercute en el panorama laboral, e incluso puede influir en el lugar de residencia.
Con 57 kilómetros de recorrido, el túnel de base de San Gotardo es el pasaje ferroviario más largo del mundo, pero además cuenta con una cota espectacular: en un punto de su recorrido cuenta con más de 2.300 metros de roca sobre su estructura.
Además de ser el túnel ferroviario más largo del mundo, incorpora una gran cantidad de soluciones tecnológicas:
El sistema de control controla y monitoriza todas las instalaciones de forma totalmente automática. El túnel está equipado con sensores, electrónica de control y equipos de vigilancia. Esto incluye cámaras de vídeo en los puntos multifunción, que están conectados por cables de fibra óptica a dos centros de control de túneles situados en las entradas norte y sur.
En la página web de Siemens está ampliada toda la información tecnológica de un túnel en el que la seguridad es primordial, pues están previstos 200 trenes diarios que pondrán a prueba las instalaciones con velocidades que llegarán a los 250 km/h. La seguridad de los pasajeros también se tiene en cuenta y los túneles gemelos están conectados cada 300 metros por accesos que permiten a los pasajeros del tren escapar al otro túnel en caso de incendio. Cada túnel tiene dos estaciones de parada de emergencia de 60 metros de longitud que permiten la evacuación de hasta 1.000 pasajeros.