La obsolescencia de ciertos puestos de trabajo siempre ha estado asociada al progreso tecnológico desde que existe ese mismo progreso tecnológico. A lo largo de la historia moderna, muchos oficios clásicos han desaparecido cuando la tecnología (o la ciencia, en general) nos proporcionó una herramienta, un sistema, un mecanismo o una solución que los hizo obsoletos.
Hoy en día, la tecnología ofrece el mismo desafío para algunos trabajos, pero en el caso actual, los oficios y profesiones afectados por el avance de la automatización son más… y afectan a muchísimas más personas. Cabe preguntarse, entonces, qué sucede con el futuro del trabajo y cómo los robots van a ser decisivos en ese futuro.
La clave de todo el problema es que la automatización ayuda a potenciar la innovación, y ahorra costes para las empresas, pero también desplaza trabajos. Los trabajos que antes hacían personas, pasarán a ser realizados por máquinas: cajeros de supermercado, dependientes, el personal de los peajes… Se puede pensar en decenas de trabajos a los que la automatización los dejará obsoletos.
Incluso en las fábricas se podría llegar a prescindir de la mano de obra humana, o en restaurantes de comida rápida. De hecho ya existe una empresa (Eatsa) que es capaz de procesar pedidos y atender clientes sin interacción humana: el cliente hace el pedido a través de una aplicación, y se le sirve en un cubículo plástico personalizado situado en la pared. Un grupo de cocineros prepara cada plato en otra habitación independiente, pero el proceso se realiza sin interacción entre humanos.
Otro ejemplo bastante mediático en los pasados días es Amazon Go, una tienda de alimentación en la que lo único que debemos hacer es entrar, coger el producto deseado, y salir. Gracias a la app de Amazon, al entrar en la tienda seremos monitorizados para saber qué productos escogemos, y al salir se realiza un checkout automático, pagando en el acto todo lo que hayamos comprado. De nuevo, sin humanos.
En la misma empresa, Amazon, parte de la gestión de sus almacenes se realiza mediante robots y drones, reduciendo significativamente los tiempos a la hora de buscar un producto, empaquetarlo y prepararlo para el envío. Esto abarata los costes, en el fondo, y también permite maximizar los beneficios y ofrecer un servicio de entrega cada vez mas rápido.
¿Hacia dónde va el trabajo entonces? La respuesta no se puede resumir fácilmente, pero lo más probable es que a medio plazo (¿Una década? ¿Dos?) se de la circunstancia de que algunos trabajos realizados por humanos serán sustituidos por trabajos que realizan robots, y por tanto las personas que antes desempeñaban estas tareas habrán tenido que reciclarse en otras ocupaciones. Cuáles serán, no lo sabemos. Pero sí sabemos que en cada revolución tecnológica se han creado oportunidades que, entonces, nadie supo anticipar.