Cualquier persona que posea un smartphone puede llegar a instalar decenas de apps de lo más variadas. La cuestión es, ¿controlamos de verdad qué permisos damos a dichas aplicaciones? ¿Sabemos qué exigen las aplicaciones para funcionar? ¿Podríamos distinguir los permisos que son realmente necesarios de los que no lo son?
Según la empresa especializada en ciberseguridad S2 Grupo, el 45% de las personas no comprueban los permisos que otorgan a las apps que instalan en sus dispositivos. Es decir, casi la mitad de los usuarios no se preocupan por qué están pidiendo realmente las aplicaciones y otorgan los permisos sin pestañear. Estos permisos pueden ir desde permitir el uso del micrófono para una app de «bloc de notas» hasta aceptar el uso de la cámara o el acceso a los contactos telefónicos.
En muchos casos, los permisos que solicitan las aplicaciones están muy justificados, pero en otros no es así y es cuando puede existir un riesgo para la seguridad de los datos y del dispositivo. Saber diferenciar qué aceptar y qué no es fundamental para estar más seguros.
Los permisos más habituales que te pueden pedir si usas Android
Una aplicación en Android puede solicitar alguno de estos permiso para funcionar:
- El uso del teléfono
- Acceso al almacenamiento o memoria
- Acceso a mensajes de texto
- Acceso al calendario
- Uso de la cámara
- Acceso a tus contactos
- La ubicación
- Uso del micrófono
Que se soliciten estos permisos no significa que se vaya a hacer uso de esos privilegios para fines maliciosos. Tan solo significa que otorgamos el control potencial de ciertas características del smartphone a un tercero del que nos podemos fiar, o no. Por eso es tan importante seleccionar cuidadosamente las aplicaciones que utilizaremos y revisar la reputación de quien la publica. Por supuesto, es clave recurrir a tiendas de apps oficiales, como ya hemos dicho.
El uso más inocuo de los permisos es el de enviar publicidad personalizada, pero debemos tener presente que si damos permisos de uso del teléfono a aplicaciones que no necesitan de ello para funcionar, un ciberdelincuente podría realizar llamadas en tu nombre. O bien, si permitimos el acceso a los SMS, podemos encontrarnos de repente con una suscripción a un servicio premium con el que no contábamos.
Por lo tanto, lo más recomendable es revisar a conciencia las características de la app, leer las revisiones de la misma (las buenas y las malas), no permitir la instalación de apps de las cuales no sabemos su origen y tener al día nuestro antivirus para que nos proteja ante un uso no autorizado por parte de cualquier app o servicio.
Vía | Dynatrace