El crowdfunding es un sistema colaborativo de financiación de proyectos. El término equivalente en español sería “micromecenazgo”, o financiación colectiva. El objetivo es poder llevar a cabo pequeños proyectos a partir de aportaciones particulares, sin necesidad de préstamos o créditos ni ataduras con entidades financieras.
En el crowdfunding se pone en contacto a promotores o creadores con inversores, de manera que los creadores ofrecen “recompensas” o participaciones sobre el proyecto finalizado a cambio de cantidades de dinero.
Una característica muy práctica del micromecenazgo es que la recaudación de fondos se realiza antes de que se termine el proyecto, por lo que se establece un plazo de tiempo para obtener las donaciones antes de dar luz verde al mismo.
De esta manera, el creador no arriesga todo a la hora de plantearse su proyecto, y los mecenas saben que, si se alcanza o supera el objetivo de financiación establecido, el proyecto se llevará a cabo y obtendrán sus recompensas. Esta financiación colectiva se puede utilizar para muchos fines: artistas buscando apoyo, campañas políticas, escuelas, puesta en marcha de pequeños negocios…
Para iniciar un proyecto y financiarlo a través del crowdfunding, es necesario que el creador genere el interés suficiente en la comunidad de mecenas. Para ello se suele requerir la creación de una página en una plataforma de crowdfunding en la que el promotor “vende” la idea.
Normalmente se aportan descripciones detalladas, vídeos explicativos, demostraciones de algún tipo (ilustraciones, un corto en el caso de cine, un prototipo si se trata de un objeto…) con el fin de atraer seguidores. Además, se suelen especificar las cantidades de donación propuestas, junto a las recompensas establecidas en cada nivel.
Dependiendo de la plataforma, se establece una cantidad de dinero para hacer viable el proyecto y un plazo para alcanzar el techo de donaciones. Cada mecenas realiza su donación y, en general, solo se hará efectiva una vez alcanzado o superado ese mínimo viable. Entonces, el proyecto se llevará a cabo.
En caso de no alcanzarse ese techo, lo normal es que las donaciones vuelvan a la cuenta del mecenas, aunque hay plataformas que funcionan de otra manera, como Indiegogo, que da la opción al creador de quedarse con las donaciones, aunque no se llegue al mínimo estipulado.
Estas son las plataformas de crowdfunding más conocidas:
- Kickstarter
- Indiegogo
- Ulule
- Verkami
- Lánzanos
- totSuma
- Crowdthinking
- Goteo.org
Una de las desventajas más claras del crowdfunding es que se expone una idea en una fase de desarrollo temprana a los ojos del público, por lo que existe cierto riesgo de que alguien se apropie de la misma y termine el proyecto antes que su propio creador. Sin embargo, esta es una posibilidad remota.
El crowdfunding ha ayudado a muchos creadores, promotores e incluso ONG a conseguir recursos para llevar a cabo el proyecto que han ideado, y cuenta con una comunidad de mecenas en constante crecimiento.