La realidad está alcanzando a la ciencia ficción muy rápido en los últimos años gracias a los avances en diferentes campos de la tecnología y la aeronáutica. En un plazo muy breve tendremos circulando por nuestras calles a miles de coches completamente autónomos, y en otro extremo del progreso, se habrá iniciado el largo camino hacia la colonización de Marte. Al menos eso es lo que piensan algunos futurólogos, y los multimillonarios visionarios como Elon Musk, el dueño de Tesla y otras empresas de tecnología punta.
Para este hombre, no cabe duda de que la mejor salida para la Humanidad es colonizar otros planetas, comenzando por Marte, y planta un escenario a cien años en el que se establecerá la primera colina en el planeta rojo, para alcanzar un hito de población de un millón de personas. Y para llevarlas hasta allí hace falta una nave lo suficientemente rápida, fiable y espaciosa para tripulación y pasajeros.
SpaceX es la empresa que se dedica a realizar la investigación y desarrollo necesarios para tratar de lograr ese objetivo, el de llevar humanos a Marte y comenzar una colonia que, de ser viable, supondría un importante avance desde el punto de vista de continuidad de la humanidad, por encima de todo. De momento es solo una idea, y los pasos se deben dar en orden.
Para conseguirlo queda mucho camino, aunque la empresa cuenta ya con éxitos (éxitos relativos) como el aterrizaje perfecto del cohete Falcon sobre una plataforma en el mar el pasado abril. También cuenta con fracasos, como la explosión del último prototipo Falcon 9 en la propia rampa de lanzamiento, algo que podría haber sido un sabotaje, por otro lado. Sea como sea, disponemos de tecnología para lanzar un cohete y reutilizarlo gracias a los aterrizajes en vertical como el que se consiguió en primavera.
Además, los motores que serían integrados en una hipotética nave tripulada hacia Marte ya existen, y fueron probados con éxito hace pocos días. Esta sería la prueba, a falta de saber cuántos de estos motores harían falta, la fiabilidad que pueden tener y más factores importantes.
SpaceX propulsion just achieved first firing of the Raptor interplanetary transport engine pic.twitter.com/vRleyJvBkx
— Elon Musk (@elonmusk) 26 de septiembre de 2016
La cuestión es: ¿qué tipo de seguro hará falta para ir a Marte?
Aunque no deja de ser una cuestión, en cierto modo, divertida, lo cierto es que a medida que surgen nuevos conceptos y nuevos medios de transporte, el mundo del seguro se debe adaptar a ello. Por ejemplo, el seguro de coche no puede ser igual para un coche pilotado (por nosotros), que para un coche 100% autónomo, o para un vehículo semiautónomo. De la misma manera, las diferencias entre coches eléctricos y coches «normales» también tienen implicaciones en las coberturas.
Si nos planteamos viajes a Marte, ¿cómo debería ser el seguro que cubriese cualquier eventualidad? No ya de los propios viajeros, sino de las familias que quedan atrás (por ejemplo, nadie sabe aun si este caso se dará alguna vez). El material que se transporte, la propia nave, el combustible, el riesgo que asume la empresa que «fleta» dicha nave espacial,… todos estos elementos y muchos más tendrán que ser, de alguna forma, asegurados mediante pólizas que a día de hoy no conocemos.
El futuro de nuestra sociedad va a vivir cambios muy importantes en las tecnologías de uso cotidiano, y esas tecnologías transformarán a la sociedad en todos los aspectos. Y el sector asegurador debe estar ahí, al día en estas tecnologías y ofreciendo las soluciones más adecuadas para seguir haciendo la vida más fácil a sus clientes y asegurados.
Una respuesta a ¿Cómo será el seguro de viaje cuando volemos a Marte?