Telegram es la nueva opción de mensajería instantánea, que aunque no es exactamente nueva, nueva, sí que lleva muy poco tiempo online, y por los números que podemos observar, crece a un ritmo muy elevado (aproximadamente un millón de nuevos usuarios cada día, alrededor de 150 o 200.000 diarios solo en España). Pavel y Nikolai Durov son los artífices de Telegram, y su objetivo es que sea una app libre y gratuita (porque no les hace falta el dinero), pero veremos qué pasa con el tiempo.
A primera vista parece un «nuevo WhatsApp«, que es la etiqueta que cualquier medio le asigna a la app para captar la atención del público, pero en una segunda mirada podemos encontrarnos con unas cuantas características que mejoran, al menos sobre el papel, la experiencia en mensajería instantánea. Las principales claves para que esto sea un éxito están en su gratuidad, en su seguridad y en cosas como los mensajes que se autodestruyen pasado un momento.
No hay un nuevo WhatsApp, y menos aún podemos esperar que Telegram gane a «la aplicación que tiene todo el mundo» solo porque proponga un acabado mejor, opciones nuevas y soluciones técnicas más refinadas. «El wasap» ya es algo que está en todas las casas (todas, todas, no son, pero 400 millones de usuarios son muchos usuarios). Lo que sí puede suceder es que, poco a poco, las dos apps convivan sin matarse mutuamente, pero ya sabemos que ese tipo de convivencias no duran eternamente: en algún momento, una destronará a la otra.
Puntos fuertes
Las principales bazas de Telegram son la seguridad, ya que los envíos van cifrados, de forma que un tercero no pueda leer los mensajes aunque los intercepte; los mensajes con autodestrucción temporizada, perfectos para esas charlas secretas, o simplemente para conversar normalmente; y una característica muy interesante como es borrar una parte de la conversación en los dos extremos: en el emisor y en el receptor.
El cifrado de los mensajes ha sido una fuente de debates intensos, desde ciertos sectores se dijo que el algoritmo elegido no era muy común y que podrían haberse empleado otros libres y más conocidos, pero lo realmente importante, al menos desde el punto de vista de este posible futuro usuario que escribe, es que sea una aplicación ágil, con un nivel respetable de seguridad, rápida y estable y que además no caiga en el olvido o se quede con millones de usuarios registrados, pero solo unos pocos activos.
No es oro todo lo que reluce
Sin embargo, Telegram también tiene problemas, unos más graves que otros. Para empezar, a finales del mes de febrero, Telegram sufrió problemas de congestión debido a la avalancha de nuevos usuarios que recibieron. A pesar de que se pidieron muchas disculpas, y se comprenden en cierta medida, que un servicio que se vende como alternativa a WhatsApp se «caiga» por altas de usuario, aunque quien lo vende más es la prensa, da que pensar.
La razón de que el servicio no estuviese disponible puntualmente es el envío del mensaje de confirmación de la activación de la cuenta, que en palabras de la propia empresa superaba los 100 mensajes por segundo. Una locura.
Otro fallo, o defecto, más grave es lo que sucede en caso de robo del móvil. ¿Cómo se puede desactivar la cuenta de Telegram si te roban el móvil? Para el aparato está claro: denunciar el robo, desactivar la SIM, etc. Para la aplicación, la cosa no es tan sencilla, tal como cuentan en Hoja de Router: la app no solo pide confirmación de la desactivación enviando un mensaje al propio teléfono, sino que si no tuvimos la precaución de acceder previamente al servicio desde el PC y haber dejado abierta la sesión no tendremos ninguna forma de desactivar la cuenta. Tan solo con el teléfono… que nos han robado. Vale la pena repasar el artículo porque, en realidad, parece que no haya alternativa posible para desactivar la cuenta si no es a través de Telegram.
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