El temor a que el precio de la luz suba suele ser común en la mayoría de los hogares, especialmente cuando el frío arrecia o cuando las temperaturas aumentan de tal modo que el aire acondicionado se convierte en un elemento indispensable. Pues bien, si no se lleva a cabo la transición energética, la tendencia alcista continuará o, lo que es lo mismo, la factura eléctrica solo bajará o se mantendrá si aumenta el uso de energías renovables para generar electricidad.
¿Por qué podría bajar el precio?
El viaje hacia las energías renovables no supondrá una repentina bajada de los precios de la electricidad, habida cuenta de que hay muchos otros factores que encarecen un bien de primera necesidad como este. Sin embargo, si la transición energética llega a buen puerto, sí que cambiarán algunos aspectos en lo referente a la factura de la luz, más allá de que el medioambiente lo agradecerá y, como consecuencia, nuestra salud.
De acuerdo con un informe realizado por la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), paulatinamente se están reduciendo los costes en la generación de energía, lo que ha hecho que cada vez se apueste más por ellas (además de por la necesidad medioambiental), tanto por parte de gobiernos como de empresas dedicadas a la electricidad.
A esto se añade que generar electricidad mediante energías renovables sale más barato que hacerlo con combustibles fósiles, ya que estos están sujetos a la producción y el transporte desde los países donde se extraen o refinan, al tiempo que han de pagar por la contaminación que producen.
Asimismo, si los operadores que generan electricidad mediante energías renovables se convierten en mayoría dentro del “pool eléctrico” –ahora mismo son más los que operan con carbón y ciclos combinados– tendrán un mayor peso al decidir el precio de la misma, logrando así que no suba constantemente.
En este sentido, las estimaciones del Ministerio de Transición Ecológica de España hablan de una caída del 12% en la factura de la luz hacia el año 2030, aunque no todo el mundo es tan optimista, pues al igual que sucede en la actualidad, el precio de la electricidad está sujeto a numerosos aspectos.
El precio sube porque…
Hoy en día, el precio de la electricidad depende de factores diferentes que dan una buena muestra de cómo está el mercado y de cómo puede cambiar con la transición energética.
- Más allá de los impuestos de cada país –que suponen una buena parte del precio final–, el coste de la electricidad está sujeto a la cotización de los combustibles fósiles. Si esta sube, se verá reflejado en lo que pagaremos por la luz.
- Las compañías pagan por la contaminación que provocan cuando crean la energía, de modo que aquellas que utilizan los citados combustibles fósiles, tienen mayores costes, lo que se ve reflejado en el precio final.
- Las empresas aumentan y disminuyen los precios según sea la demanda. En las épocas del año en que es elevada, los precios tienden a subir. Este punto, claro está, no tiene nada que ver si la energía es renovable o no.