Seguro que has oído hablar de diferentes tipos de semillas que se pueden incorporar en la dieta para enriquecerla. Es probable que te preguntes si de verdad estos alimentos pueden beneficiarte de alguna manera o si simplemente son nuevas modas que tal cual llegan desaparecen. Si te preocupa tu salud, tienes interés en mantener una alimentación saludable y equilibrada y deseas incorporar las semillas más conocidas en tus platos, te vendrá bien leer estos consejos y encontrar qué pueden hacer las semillas por tu dieta.
Las semillas no hacen milagros
Lo primero es desmentir los mitos más recurrentes sobre ciertas semillas: no hacen milagros y no curan enfermedades como el cáncer. En todo caso, pueden contribuir a mantener una dieta saludable si se toman con moderación, y si no hay contraindicaciones al respecto. Las semillas son alimentos ricos en proteínas, fibra, grasas insaturadas, vitaminas y minerales, entre otras cosas.
Pueden funcionar muy bien como complemento a diferentes platos, incluso les aportarán un gusto diferente, pero hemos de tener siempre presente que cualquier alimento que tomemos en exceso puede ser perjudicial. En cambio, con moderación puede tener propiedades interesantes. Veamos algunos ejemplos:
- Las pipas de girasol (sí, las pipas de toda la vida, aunque mejor sin salar) te aportan proteínas vegetales, ácidos grasos esenciales, minerales como magnesio, potasio, selenio y fósforo y vitaminas del complejo B y vitamina E.
- Las semillas de sésamo las conocemos de sobra por formar parte del típico pan de hamburguesa, y se puede utilizar para elaborar panes en casa, por ejemplo. Aportan calcio y proteínas, y además tienen propiedades antioxidantes y contribuyen a reducir el colesterol «malo».
- Las semillas o pipas de calabaza contienen un alto porcentaje de proteínas (un 24%) y tienen propiedades antioxidantes, además de aportar grasas insaturadas, calcio, potasio y vitamina E.
- Las semillas de amapola se ven cada vez más, aunque en otros países son muy comunes en la panadería. Aquí empiezan a despegar y gracias a ellas tendremos buenos aportes de calcio (1400 mg por cada 100 gramos), ácidos grasos esenciales, fibra y proteínas vegetales.
- Las semillas de lino tienen un alto contenido proteico y de fibra soluble en agua, tienen propiedades antioxidantes y contienen un tipo de grasas que son precursoras de los ácidos grasos equivalentes a los del pescado, que nuestro organismo no puede sintetizar.
- Las semillas de chía son las más famosas y las que más de moda se han puesto, y son un espesante natural apto para muchas recetas, además de tener propiedades antioxidantes y ser una buena fuente de fibra y proteínas vegetales, además de omega-3.
En general, las semillas aportan nutrientes importantes a nuestro organismo y contribuyen a equilibrar la dieta, pero en ningún caso las debemos considerar milagrosas, o herramientas infalibles para adelgazar, ganar músculo o como cura para enfermedades. Hemos de ser prudentes en su ingesta, y ante cualquier duda acudir a un profesional de la nutrición o a un especialista, porque algunas de ellas pueden estar contraindicadas si tenemos algún trastorno digestivo o de otro tipo.