El precio de la luz y la electricidad se ha convertido en protagonista absoluto de este pasado mes de enero, al registrarse cuantiosas subidas en las tarifas que afectaron directamente a la economía doméstica. El precio de la luz es, además, el resultado de una operación que se antoja lejana y complicada para el usuario de a pie, y que no hace más que sugerir opacidad en la manera en la que se llega a ese precio final.
Saber, además, cómo se calcula el precio de la electricidad en realidad provoca sentimientos encontrados. Este se calcula al precio más alto, es decir, la última central a la que se recurre para satisfacer la demanda puntual fija el precio final. Y el truco, por llamarlo de alguna manera, es que invariablemente entra en juego una de las centrales «caras».
Además, el precio de la luz varía en función de la demanda, siendo más barato en aquéllas franjas horarias en las que apenas se necesita energía eléctrica, y más caro en los momentos en que se exige más a la red. Dicho de otro modo, es más cara cuando más la necesitamos. En este gráfico, extraído de la web Tarifa de Luz, podemos ver cómo es esa evolución diaria de los precios para la Tarifa General, la Tarifa Nocturna, y el precio para recarga de vehículos eléctricos.
Como podemos ver, todas las tarifas son sensiblemente más baratas por la noche, en concreto a partir de las 22 horas hasta las seis de la mañana. La Tarifa Nocturna, como su nombre indica, premia con precios más baratos en esa franja horaria, igual que la Tarifa para Vehículos Eléctricos. Por el contrario, la Tarifa General tiene una curva de evolución más plana, siendo más cara que las otras dos durante la noche, y más barata durante el día.
Podemos plantearnos qué tarifa eléctrica nos viene mejor para nuestro hogar en particular, de manera que podamos ahorrar energía planificando en qué franjas horarias vamos a utilizar los electrodomésticos que más gastan. Para la mayoría de las personas que trabajan todo el día fuera de casa, puede ser conveniente una Tarifa Nocturna, de modo que sea a partir de las 22 horas cuando se programen las lavadoras y demás rutinas como el lavaplatos.
El resto del día, durante la jornada laboral, esas personas apenas utilizarán la electricidad en casa, y por tanto es indiferente para ellos que la electricidad sea más cara en esos momentos. Por el contrario, para personas que trabajan en sus casas, la Tarifa General puede ser la más conveniente. Esto, de nuevo, es digno de estudio en cada caso particular. Un autónomo que trabaje en su despacho de casa, con el ordenador, luz encendida (sobre todo en invierno) y un calefactor, por ejemplo, gastará menos con la Tarifa General. Además, puede aprovechar para poner la lavadora.
No obstante, hemos de tener en cuenta que el mercado de la electricidad puede fluctuar mucho de un día para otro. Es conveniente estar informados de dichas variaciones si queremos evitar sustos, y para muestra, un botón que corresponde a la cparativa entre la tarifa del día 2 de febrero en comparación con el día anterior, 1 de febrero. Sirva de ejemplo para ilustrar la necesidad de conocer los precios diarios de la electricidad.
Para tener más información se pueden consultar las páginas informativas Tarifa de la luz, y también la del operador del mercado (OMIE).