Aunque la diferencia se va reduciendo poco a poco, la tarea de cuidar a hijos y padres recae de forma mayoritaria en las mujeres: dedican 2,1 veces más tiempo a ello que los hombres. Un trabajo sin remunerar que, en el caso del cuidado a personas mayores o con enfermedades crónicas, puede incrementar el riesgo de que la cuidadora sufra una depresión o ansiedad.
Según un informe elaborado por ClosinGap, “los cuidados incrementan en 3,4 puntos adicionales la probabilidad de sufrir depresión en las mujeres”. En nuestro país, 16 millones de personas realizan trabajos de cuidados sin percibir ninguna remuneración, lo que equivale al 14,9 % del Producto Interior Bruto (PIB), según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En España el 89% de los cuidadores son mujeres, la mayoría cónyuges e hijas, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
Como parte de esa brecha de género en la que las mujeres soportan más peso que los hombres en el cuidado a familiares, “la incidencia de depresión y ansiedad en el PIB por la vía de la incapacidad temporal es, en consecuencia, 345 millones de euros mayor en las mujeres que en los hombres, lo que representa un 0,03% del PIB”, indica el informe.
Este agotamiento físico y mental desencadenado por el sacrificio de tiempo y energía empleado en esa labor, incluso a costa de desatender sus propias necesidades físicas y emocionales, puede derivar en lo que se conoce como síndrome de sobrecarga del cuidador (o burnout). Al torbellino de sentimientos que experimentan (tristeza, preocupación, frustración, culpa…) se unen, además, dolores físicos (musculares, de cabeza, etc.).
Así, síntomas como cansancio continuo, problemas para conciliar el sueño o dormir demasiado, pérdida de interés por los pasatiempos favoritos, aumento o bajada de peso (por una mala alimentación) y aislamiento social pueden indicar que se está corriendo el riesgo de sufrir una depresión.
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Entiendo cuando una mujer debe cuidar a su Padre o Madre, es una labor diaria que como Uds. indican no tiene ninguna remuneración, es un trabajo que dignifica a la mujer, pero que nadie del entorno agradece. Todos dicen que buena es, fíjate que día y noche esta allí, pero muy pocos le dicen descansa, que yo me ocupo del cuidado en esta próxima semana.
Si no tienes hermanos o hermanas es complicado que alguien te puede ayudar y al tenerlos siempre están ocupados o no tienen tiempo o simplemente se aparta. Los adultos nos olvidamos que fuimos niños y que nuestra Madre nos cuido y se desvelo, y ahora que nos necesitan no estamos dispuestos a devolver ese amor que nos dieron.