La enseñanza tradicional se impone todavía, pero poco a poco van calando nuevas formas de educar en las aulas. Las nuevas tecnologías, omnipresentes en nuestras vidas, están propiciando pasar de un aprendizaje pasivo a uno interactivo y colaborativo. Pero proyectos como las Escuelas Changemaker van mucho más allá de dar herramientas digitales. Su objetivo es formar tanto en lo académico como en el desarrollo personal y promover una cultura de emprendimiento social entre los jóvenes. En estos colegios, cada estudiante es un “agente de cambio” (“changemaker”). Su filosofía: todos podemos cambiar el mundo.
Las Escuelas Changemaker son un proyecto de la fundación sin ánimo de lucro Ashoka. Fundada en 1981 por Bill Drayton, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 2011, “apuesta por una sociedad en la que todas las personas descubran su potencial para mejorar el mundo. Trabaja para generar demanda de un modelo educativo donde aprender a ser solucionadores activos sea una prioridad. Para ello cuenta con una red mundial de 300 Escuelas Changemaker, 7 de ellas en España”, explican en la web.
En ellas, los alumnos participan activamente en las decisiones y asumen responsabilidades. En las actividades no solo intervienen profesores y estudiantes, también profesionales no docentes, los padres o el barrio. Aprenden “a trabajar en equipo, a tener empatía, a ser capaces de resolver o prevenir conflictos, a ser personas creativas y, sobre todo, a ser protagonistas de un mundo en cambio constante”, explica David Martín, director de Educación y Jóvenes de Ashoka España, en el vídeo:
En estos centros no importan las notas, crean sus propias normas rompiendo las establecidas y motivan a los niños para que asuman un papel líder en la identificación y solución de problemas en el mundo que les rodea, a través de la innovación y la creatividad. Todos se encuentran a la vanguardia en transformación educativa, todos marcan la diferencia.