La Web, lo que popularmente conocemos como Internet, es un vasto “espacio” virtual en el que nos encontramos decenas de millones de páginas creadas para un fin, u otro. La red no es peligrosa de por sí, pero en ella cohabitan las empresas, las personas y las entidades más honradas, con aquéllas organizaciones o individuos no tan legales.
El fraude está presente en la red, y las técnicas empleadas son cada vez mejores y más refinadas para inducir al engaño a cualquier persona confiada, o simplemente no demasiado informada. ¿Cómo podemos detectar los fraudes en la red?
El primer paso es ser desconfiados cuando se nos pida un dato personal
Es desagradable ser desconfiado, pero es muy seguro. Otra característica que debemos desarrollar es la de ser prudentes, y tener controlados todos los sitios web a los que nos conectamos a diario, o con la periodicidad que sea, para comprobar nuestras cuentas bancarias, para pagar los impuestos, para hacer la declaración de la Renta, para realizar nuestras compras online…
De la misma manera que hemos de ser prudentes cuando nos conectamos a una red WiFi pública, hemos de ser precavidos en nuestro día a día en casa. No porque haya un riesgo real de que alguien nos espíe a través del router (para evitar esto deberías disponer de una contraseña propia y secreta), sino porque podemos caer en webs que simulan hasta el más mínimo detalle de esas páginas que visitamos a diario. Esto es lo que se conoce como phishing, es decir, el intento de adquirir información confidencial de forma fraudulenta.
Una víctima de phishing creerá que accede al servicio habitual porque verá una página exacta a la original. Introducirá sus datos sensibles (desde el usuario y contraseña hasta información bancaria, según el caso) y el criminal hará uso de ellos de manera ilícita. Para detectar el phishing te recomendamos seguir estos sencillos consejos para el uso seguro del correo electrónico, y consultar las recomendaciones del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil ahora que llega la campaña de Renta 2015.
Falsos concursos y oportunidades demasiado buenas para ser ciertas
Otra fuente constante de engaños en la red son los falsos concursos. Uno se puede encontrar desde una página en Facebook que pretende hacernos creer que van a sortear dos coches entre los seguidores (de hecho hay marcas que dedican páginas enteras a enseñarnos cómo detectar concursos falsos en las redes sociales “a su nombre”; aquí puedes ver cinco recomendaciones infalibles), teléfonos de última generación o cualquier otro producto goloso para el usuario poco informado.
Las oportunidades demasiado buenas para ser ciertas hacen honor a su descripción: no son ciertas. Los mensajes más típicos del spam en el correo electrónico son los famosos mensajes de herencias millonarias que necesitan de un buen samaritano para poder ser cobradas. Aunque parezca mentira, hay gente que cae en el engaño. Es por ello que debemos ser desconfiados, prudentes, y entrenar el sentido común para no caer en este tipo de timos.