Un trabajador autónomo tiene una determinada facturación mensual, a veces constante en el tiempo, otra variable (es decir, no todos los meses factura exactamente lo mismo), y tiene una serie de gastos y obligaciones que sí han de ser puntualmente satisfechos.
Eso quiere decir que, sobre el importe total facturado e ingresado, ha de hacer unas cuentas para determinar cuánto dinero “se va” en pagar impuestos y en gastos, y cuánto se queda como ganancias, o sueldo. Por eso mismo, en este artículo no vamos a contar cómo establece su sueldo un autónomo, sino cómo calcula cuánto puede destinar a sus ingresos, una vez sepa cuánto ha facturado.
El autónomo lo es para todo, incluida su contabilidad personal
Los autónomos tienen muchas obligaciones. Es parte del trato por ser, precisamente, autónomos. Para empezar, han de pagar una cuota de autónomos, mensual, y han de recaudar el IVA para el Estado. Ahí tenemos una cantidad importante de dinero cada mes que no podemos tocar.
Actualmente, el IVA es del 21%, y la cuota de autónomos oscila entre algo más de 260 euros si cotizamos por la base mínima y los algo más de 1.000 euros mensuales si cotizamos por la base máxima. La inmensa mayoría de lo autónomos cotizan por la base mínima. No tenemos en cuenta la “tarifa plana” porque es de duración temporal, bastante corta.
Además, la actividad de autónomo tiene gastos asociados. Desde el “simple” gasto de disponer de material informático y una conexión a la red, pasando por el uso del móvil, gastos de transporte (taxi, el coche y su combustible, tren, avión,…), gastos de alojamiento (hoteles), y otros gastos que han de cubrirse, y que se suman a los gastos, digamos, “para el Estado”. Dichos gastos, si están justificados, tienen un IVA que descontaremos de la cuenta del IVA a ingresar (este punto a veces es bueno resolverlo con la ayuda de un asesor).
En las facturas emitidas, hemos de anotar una retención por IRPF (siempre que debamos hacerlo, dependerá del epígrafe en el que estemos inscritos), que hoy en día es el 19% en muchos casos, pero que en algunos casos se puede regular prácticamente “a voluntad”. Hemos de tener en cuenta que cuanta menos retención apliquemos, más dinero percibiremos al mes, pero a la hora de hacer la declaración de Renta seguramente nos toque pagar el resto.
Resumimos, muy resumido, mediante un ejemplo:
- Un autónomo factura 1.800 euros al mes, de media.
- La retención de IRPF es del 19%, es decir, 342 euros. Se descuenta de esos 1.800 euros iniciales.
- El IVA es del 21%, es decir, 378 euros, que ha de sumar en la factura, pero luego ha de ingresarlos trimestralmente.
- Ha de pagar aproximadamente 260 euros al mes de cuota de autónomos.
- Tiene unos gastos fijos de, pongamos, 400 euros mensuales, todos justificados, en concepto de desplazamientos y hotel, gastos de telefonía e Internet y consumibles.
¿Cuánto le queda, líquido, tras hacer todas las cuentas?
La respuesta es 798 euros. ¿Y es ese su sueldo? Depende mucho, porque el sueldo tendría que ser suficiente para sus gastos domésticos mensuales, incluyendo el ahorro, y el ocio si pudiese permitírselo. No detallamos los gastos, pero convendría incluir otros muchos que, de una forma o de otra, pasamos por alto y los incluimos en una “tarifa plana de gastos” de 400 euros mensuales, pero podrían ser cosas como: la revisión del coche, los gastos de asesoría, los intereses y comisiones que le cobra el banco (gastos financieros), y un largo etcétera.
Aun con todo, hay más: si por cualquier cosa (buena), facturamos más, es conveniente mantener ese sueldo tal cual para poder hacer frente a las vacas flacas. El autónomo ha de ser a la vez desconfiado y previsor, y nunca echar mano de la “caja” del IVA, ni del presupuesto para cubrir los gastos conocidos, porque es entonces cuando se corre el peligro de caer en la bancarrota.
Foto | Ken Teegardin
¿Por que´ no se tiene en cuenta como gasto el sueldo mínimo interprofesional, antes de aplicar el 20% sobre el beneficio?
Es ilógico y tremendamente injusto que se cobre impuestos sobre el beneficio de una “”empresa””que no contempla la supervivencia de su único trabajador.
Familias enteras volcadas en el esfuerzo tremendo de uno de sus miembros, que resulta que no tiene sueldo.
Lo que le queda es solo el beneficio de su empresa. PERDÓN- con 798€ puede vivir una familia?