
Martine Franck, París, Francia, 1967
Gelatina de plata, copia de época
Colección Eric et Louise Franck, Londres
© Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos, cortesía Fundación Henri Cartier-Bresson
Foto : Philippe Migeat/ Centre Pompidou
Muy cerquita de la nueva sala de exposiciones de la Fundación MAPFRE en la calle Bárbara de Braganza, 6 (actualmente con una exposición de la fotógrafa británica Vanessa Whinship) cualquiera puede deleitarse con la mayor retrospectiva realizada en Europa de uno de los fotógrafos contemporáneos más relevantes: el francés Henri Cartier-Bresson, fallecido hace 10 años, considerado el padre del fotorreportaje. La cita: en las salas del paseo de Recoletos. Allí se exponen más de 500 fotografías, dibujos, cuadros, películas y documentos que abarcan setenta años del genial artista.
La muestra distingue tres etapas cronológicas. Con ellas se constata la diversidad de este fotógrafo, maestro y testigo de importantes acontecimientos históricos.
Primera etapa
De 1926 a 1935, la primera, refleja sus primeros pasos por el mundo de la fotografía, su afición por la pintura y el collage, sus viajes por distintos países y la fuerte influencia del surrealismo, en especial del escritor y poeta André Breton. Una corriente que le marcaría profundamente, dejando huella para toda su vida. De ella le viene, como a otros artistas de la época, su alineación con el comunismo y su fotografía comprometida contra el colonialismo y la violencia de la extrema derecha francesa.
Segunda etapa
Esa visión política marca la segunda parada de la exposición, de 1936 a 1946. En este lapso su lente capta la podredumbre y el horror de la Guerra Civil Española, retratos a los más débiles y su posicionamiento con el bando republicano. Fotografías que dan cuenta de su conciencia social, de su radicalismo y compromiso con la lucha revolucionaria. En esos años se interesa por el cine y comienza a trabajar como asistente del director Jean Renoir. E incluso filma varios documentales sobre la guerra española.
Tercera etapa
La tercera parte de la exposición se centra en su nueva faceta en el mundo del periodismo, de 1947 a 1970. Considerado como el padre del fotorreportaje, Cartier-Bresson funda, junto con Robert Capa, David Seymour, George Rodger y William Vandivert, la agencia Magnum, un referente en el reportaje gráfico de calidad. Eso le permitió conocer muchos rincones del planeta y publicar sus instantáneas en las mejores revistas ilustradas del momento, entre ellas Life. Retrata a personas clave en la Historia del siglo XX, desde Fidel Castro y Che Guevara hasta Picasso, Marie Curie o la muerte de Gandhi. Fue el primer fotógrafo occidental que puedo entrar en la Unión Soviética tras la muerte de Stalin. Aunque nunca dejó de capturar en imágenes las cosas cotidianas. Siempre en blanco y negro. Siempre fiel a su pequeña cámara Leica. «La cámara es la prolongación de mi ojo», dijo en una ocasión. En 1974 decide dejar el fotoperiodismo de forma profesional para dedicarse a la pintura.
La exposición, organizada por la Fundación MAPFRE en colaboración con el Centro Pompidou de París y la Fundación Henri Cartier-Bresson, termina el 7 de septiembre. Entonces se trasladará de Madrid a Roma y México DF. Si no puedes visitarla en ninguna de las tres ciudades, disfrútala de forma virtual en internet.