El bitcoin es la moneda virtual más conocida, pero existen muchas otras, entre ellas, el ether, que es la criptomoneda creada en el proyecto Ethereum. De esta plataforma se está hablando mucho en los últimos meses porque el valor del ether no ha parado de subir e incluso se ha disparado, llegando a superar a ripple, la segunda segunda moneda digital en capitalización de mercado. En menos de un año ha pasado de tener un precio de unos 10 dólares a los 320 dólares alcanzados este mes. Es el gran rival del bitcoin: es la segunda moneda con mayor volumen de transacciones y la tercera con mayor número de monedas en circulación.
La plataforma Ethereum permite crear contratos inteligentes (smart contracts) basados en la tecnología blockchain. Así, una vez que se crea uno de estos contratos automáticos, basados en programas informáticos (se ejecutan y se cumplen de manera autónoma), resulta imposible modificarlo y falsificarlo. Este acuerdo entre dos partes, sin intermediarios como, por ejemplo, bancos, se lleva a cabo dentro de la plataforma en ethers. Esta divisa electrónica es la que se utiliza para pagar por las acciones que se desarrollan en las aplicaciones de la red de Ethereum.
¿Qué tipo de contratos inteligentes se pueden crear? Cualquier transacción que requiera un acuerdo registrado entre dos partes, como, por ejemplo, la contratación de productos financieros o de seguros, los depósitos en garantía, las operaciones de trading, de préstamos sindicados, solicitar créditos, votar, realizar apuestas o registrar nombres de dominios.
En cada transacción es el propio software el que verifica y hace cumplir el contrato a ambas partes, sin necesidad de firmar ninguna cláusula. Al ser una plataforma descentralizada, se eliminan los intermediarios lo que facilita el ahorro de costes al consumidor. “Ethereum permite a los usuarios crear sus propias operaciones de cualquier complejidad que desee”, explican en la web de la Fundación Ethereum.