La inteligencia artificial puede ayudar a combatir el cambio climático gracias a sus algoritmos, pero, a la vez, puede contribuir al cambio climático. ¿Cómo puede entenderse esto?
Los algoritmos de IA pueden ayudarnos a entender cómo cambia el clima global al procesar inmensas cantidades de datos de múltiples fuentes. Esto puede ayudarnos a entender qué pasos o acciones hemos de dar para frenar el calentamiento global. La contrapartida es que los algoritmos, cada vez más potentes, demandan cantidades mayores de energía para hacer sus funciones, y eso puede aumentar las emisiones asociadas a la IA.